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Conoce más sobre Lesly Orellana, la nueva directora de Sostenbilidad UNAB

Lesly Orellana es la nueva directora de la Dirección de Sostenibilidad de la Universidad Andrés Bello quien asumió a principios de abril, conoce en esta nota más sobre ella.

Lesly Orellana Marchant asumió el cargo de Directora de Sostenibilidad en la U. Andrés Bello el 1 de abril. Con una formación en biología ambiental de la U. de Chile y un máster en Gobernanza de Riesgos y Recursos de la Universidad de Heidelberg en Alemania, Lesly cuenta con una amplia experiencia en gestión de residuos sólidos a nivel nacional, habiendo liderado el Programa Nacional de Residuos Sólidos en la SUDERE. Durante los últimos siete años, se desempeñó como Coordinadora Técnica de la Seremi del Medio Ambiente de la Región Metropolitana, donde lideró la implementación de programas regionales en áreas clave como cambio climático, recursos naturales, biodiversidad y educación ambiental. Con estas experiencias, Lesly está comprometida en diseñar e implementar estrategias para abordar los desafíos ambientales y trabajar hacia un futuro más sostenible.

Lee las preguntas que se le hicieron aquí

Mi primer acercamiento al área de la sostenibilidad ocurrió durante mi infancia. Desde muy pequeña sentí una profunda curiosidad por la ciencia y el funcionamiento del mundo que me rodeaba y las distintas formas de vida que había en él. Este interés me llevó a participar en un grupo de scouts desde los 7 años, donde tuve la oportunidad de salir de excursión y acampar en la naturaleza con regularidad.
 
La experiencia de estar en contacto directo con la naturaleza, de comprender los complejos sistemas de vida que hay en ella y la importancia de cuidarla y de aprender a ser responsables con nuestros desechos, es algo que marcó mí vida. Luego al entrar a estudiar Biología Ambiental, me di cuenta de la profundidad del concepto de sostenibilidad, fue ahí donde comenzó a forjarse en mí una conexión especial con estos temas y la conservación del medioambiente y su biodiversidad. Desde entonces, llevó esa pasión por proteger nuestro entorno natural en cada esfera de mi vida, algo que intento contagiar a las personas con las que trabajo y me rodean.

Como directora de Sostenibilidad de la UNAB, mi principal desafío es seguir posicionando a nuestra universidad como líder nacional e internacional en materia de sostenibilidad. Suena ambicioso, pero acepté feliz el desafío porque creo que la UNAB realmente está comprometida con esta meta.

Estamos implementando medidas que promuevan la eficiencia en el uso de recursos y la minimización de los impactos ambientales que generamos. Esto incluye desde la reducción de residuos y el uso responsable del agua y la energía, hasta el fomento de transportes sustentables como la bicicleta o la promoción de la biodiversidad en nuestros espacios.
Creo que mi experiencia en gestión ambiental y en la implementación de políticas y programas públicos me ha preparado para enfrentar este desafío de buena forma. Mi trayectoria me ha entregado una visión integral de los desafíos y oportunidades que enfrenta una institución como la UNAB, que es reconocida por su preocupación por estas materias.
 
Con la sensibilidad que tengo por la educación ambiental, de enseñar y transmitir de la importancia de la biodiversidad y las acciones para preservarla, buscaré involucrar a toda la comunidad universitaria en este proceso. Creo firmemente que la clave para alcanzar el objetivo de convertir a la UNAB en una universidad sostenible radicará en la participación y el compromiso de todos los miembros de la comunidad
Chile ha mostrado avances significativos en términos de sostenibilidad a nivel mundial. Nuestro país ha implementado diversas políticas y programas orientados a avanzar en términos ambientales, sociales y económicos.
 
Estamos situados en el puesto 28 de 163 en la evaluación del reporte de Desarrollo Sostenible 2022 y lideramos la clasificación de América Latina desde 2019. Este ranking es muy dinámico y ha presentado cambios significativos a lo largo de los años. Aun así, los resultados de Chile han sido consistentes en los últimos cuatro años.
Aunque Chile ha logrado avances significativos en materia de sostenibilidad, todavía enfrenta áreas de mejora y desafíos importantes para consolidarse como un referente mundial en este ámbito. Según el mismo informe citado previamente, como país debemos concentrarnos en la reducción de las desigualdades (ODS10) y en promover la paz, la justicia y el fortalecimiento de las instituciones (ODS16).
 
La diferencia entre «sustentabilidad» y «sostenibilidad» es un tema que a menudo confunde. Personalmente, prefiero utilizar el término «sostenibilidad» debido a su amplitud y significancia más holística respecto de los desafíos ambientales, sociales y económicos que enfrentamos como sociedad.
 
La sostenibilidad implica la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. En este sentido, la sostenibilidad abarca no solo la conservación de los recursos naturales y la protección del medioambiente, sino también la equidad social y el desarrollo económico sostenible, considerando que nuestro planeta tiene recursos finitos.
 
En cambio, el término «sustentabilidad» a menudo se asocia más con la capacidad de mantener o sostener ciertas actividades o recursos a lo largo del tiempo. Y sí, este término puede ser útil en ciertos contextos, pero considero que el enfoque más amplio de la sostenibilidad nos permite abordar de manera más efectiva la complejidad de los desafíos ambientales y sociales que enfrentamos en la actualidad.
Intento ser muy consciente de la huella de carbono que dejo en mi vida diaria. Por lo mismo, desde la universidad que opté por la bicicleta como mi principal medio de transporte y, cuando no es posible, prefiero caminar. Así no sólo reduzco mis emisiones de carbono, sino que también -y quizás tanto o más valioso- encuentro un momento de introspección y conexión con la naturaleza que considero invaluable.
 
En cuanto a la basura, gestiono mis residuos meticulosamente para su posterior reciclaje. En la cocina también aprovecho al máximo todos los recursos, utilizando partes de alimentos que comúnmente se consideran desperdicio, como hojas o tallos de verduras.
 
También tengo la costumbre de desenchufar los aparatos electrónicos que no están en uso y limitar el uso de luces, dando prioridad a la luz natural siempre que sea posible. Lo mismo hago con el consumo de agua.
 
Algo que ha ido aumentando con el tiempo es mi consciencia por los residuos plásticos o electrónicos que genero. Intento ser selectiva y reflexiva, cuestionándome si realmente necesito lo que voy a comprar y qué cantidad de basura generaré con este nuevo producto. Prefiero reparar artículos dañados en lugar de reemplazarlos, ya sea electrodomésticos o prendas de vestir, como parte de mi compromiso con la reducción de residuos y el consumo responsable.
Creo que es fundamental abordar esta cuestión desde una perspectiva científica y basada en la evidencia. El consenso científico sobre el cambio climático es abrumador: múltiples estudios respaldan la realidad de este fenómeno y su conexión con las actividades humanas no sostenibles, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación.
 
Es preocupante que aún existan personas que nieguen la existencia del cambio climático o minimicen su importancia. Esta postura va en contra de la abrumadora evidencia científica y puede obstaculizar los esfuerzos globales para abordar este desafío urgente, quizás el más urgente y trascendental de la historia, ya que se trata de la supervivencia del ser humano.
 
Los consejos que les daría a los y las estudiantes para que logren ser agentes de cambio son:
1.- Entender que somos parte de un planeta con recursos finitos y que como especie necesitamos de la naturaleza, impactamos fuertemente en ella y nos relacionamos con otras especies también, es decir somos parte de un sistema complejo e interconectado.
2. Ser empáticos, ya que la realidad en la que cada uno vive puede ser muy diferente a de la persona que tengo a mi lado.
3. Trabajar colaborativamente con otros/as compañeros/as con el fin de buscar soluciones ingeniosas a problemas de diversas escalas.
4. Adoptar un papel proactivo en promover el cambio y buscar soluciones oportunas para adaptarnos en un mundo que enfrenta una triple crisis ambiental.
5. Contagiar y motivar a tus compañeros/as en cambios de hábitos que promuevan una conducta más sostenible (cuidado en el uso de energía, agua, transporte, residuos, etc.)

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