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La Universidad Andrés Bello está fuertemente comprometida con reducir su impacto sobre el calentamiento global. Para ello es fundamental conocer la huella de carbono y tomar acciones concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Existen 3 tipos de emisiones GEI:
Alcance 1: emisiones directas vinculadas principalmente al uso de combustibles.
Alcance 2: emisiones indirectas por el consumo de energía eléctrica.
Alcance 3: emisiones indirectas como el transporte de personas, residuos, compras de papel, entre otros.
El año 2020 fue un año diferente en numerosos aspectos, incluyendo las emisiones de GEI. Por primera vez, en la cuantificación de la huella de carbono UNAB, el consumo eléctrico (Alcance 2) tomó mayor relevancia que el transporte (Alcance 3). Esto se debe a que los viajes hacia los campus y toda la actividad se redujo al mínimo, incluyendo la generación de residuos, el uso de energía y agua, entre otros.
La huella de carbono se mide en masa de dióxido de carbono equivalente (CO2e), generalmente cuantificado en términos de toneladas. Se expresa como CO2 puesto que este es el principal gas de efecto invernadero.
El contexto de pandemia de COVID-19 implicó una disminución de las actividades de la UNAB, esto trajo consigo un impacto positivo, resultando en una reducción importante de las emisiones de GEI para el año 2020, como se aprecia en el gráfico.
Como era esperable, las emisiones por estudiante (incluyendo todos los alumnos matriculados, de pregrado y postgrado) y las emisiones per cápita (la cual incluye a los académicos y colaboradores además de los estudiantes) se redujeron radicalmente el 2020.
Sin embargo, sabemos que el 2020 no fue un año normal puesto que no se desarrollaron actividades presenciales excepto por pocos días antes del inicio de la pandemia; por lo tanto este indicador proporciona información acotada a la realidad del año 2020 en contexto de pandemia.
Puedes averiguarlo dirigiéndote al sitio calcula.mihuella.cl
Las emisiones de GEI por persona varían en cada campus al igual que las fuentes de emisión. Esto tiene relación en parte, con la diferencia en consumos energéticos que se aprecian en los distintos campus de la Universidad.
Algunos consumen grandes cantidades de energía; otros muy poca. ¿Qué podemos aprender de estas diferencias? ¿Cuáles buenas prácticas es posible estandarizar en todos los campus, para ayudar a reducir emisiones? ¿Qué podremos aprender en relación al diseño y construcción de los edificios en el futuro?
Para responder estas preguntas, se presenta un análisis más detallado a continuación.
En esta sección se presentan los consumos de la universidad en cuanto energía principalmente, además del consumo de agua. Toda la información se encuentra desglosada por campus y muestra la evolución del consumo en los últimos años para cada uno de ellos.
En cuanto al consumo de energía total, los campus más relevantes son República, Casona, Viña del Mar y Concepción.
En todos los campus, la energía eléctrica es la principal fuente de energía. Campus Casona es el único en el cual los otros energéticos tienen una participación relevante, con un 27%.
Fuente: Facturas y planillas de compra de energía eléctrica y combustibles.
El indicador de intensidad energética incluye todos los tipos de energía: electricidad, gas licuado, gas natural, gasolina, diésel y pellets de madera; y los normaliza por unidad de superficie (m2) para hacerlos comparables entre uno y otro campus.
Como se observa en el gráfico existen variaciones en la intensidad energética por campus, donde Los Leones, Creativo y Concepción redujeron casi a la mitad su consumo de energía.
El consumo total de energía eléctrica de la UNAB se redujo un 20% durante el 2020, sin embargo, no todos los campus disminuyeron sus consumos en la misma medida, existiendo algunos casos donde se aprecia un aumento:
El consumo de combustibles incluye los siguientes energéticos: gas licuado de petróleo, gas natural, gasolina, diésel y pellets de madera, excepto electricidad.
Lo esperable durante 2020 sería un consumo nulo o cercano a cero, lo cual sucede en la mayoría de los campus. Sin embargo, se observa que el campus Casona aumentó el consumo de gas licuado, lo cual incide en el aumento del consumo total de energía.
El consumo de agua de la UNAB se redujo a la mitad (49%) durante el 2020, disminución que se ve reflejada en la mayoría de los campus de la UNAB:
La UNAB generó y gestionó 359,7 toneladas de residuo, lo cual corresponde a un 66% menos en relación al 2019.
Fuente: Facturas y planillas de pago de servicios de transporte de residuos.
En 2022, se recicló un total de 1.566.226 kg, siendo el campus República el que lidera la lista con un 89%, seguido por Viña del Mar, con un 6%, y Casona, con un 5%.
El Punto Limpio UNAB del campus República, durante 2022, logró reciclar/recuperar 33.910 kilos de material de diferente tipo. En el siguiente gráfico, se observa la evolución del reciclaje por mes y por tipo de material.
La Universidad Andrés Bello cuenta con una campaña de reducción de uso de papel en las impresiones de sus estudiantes. Se ha impulsado la impresión a doble cara, lo cual ha generado un ahorro monetario directo y un impacto positivo al medioambiente por el número de resmas que se dejan de utilizar. En el periodo 2017-2021 se han ahorrado aproximadamente 55,000 resmas de papel, lo cual ha contribuido a evitar a tala de alrededor de 2,700 árboles, ahorrando 4 millones de litros de agua, y 880,000 kWh en electricidad, resultando en una reducción de 470,000 kg de CO2.
Fuente: Dirección de Sustentabilidad UNAB.